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Apunte I: Sobre qué es el histograma y qué nos dice sobre nuestra imagen | agradecer |
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Luego de publicar una foto que con cierto humor titulé “Histograma elegante” y tras leer durante algún tiempo algunos artículos en el foro, he llegado a la conclusión que algunas cuestiones elementales relacionadas con nuestra afición, que suelen darse por obvias, no son tan obvias.
De ello surgió la idea de comenzar a escribir algunos apuntes teóricos que, conforme a la aceptación, las críticas, dudas, aportes y/o sugerencias, se irán multiplicando… o no jaja Pues aquí el primero
Parto de la idea de que la mejor captura que podemos lograr con una cámara fotográfica, es aquella que mayor información puede retener de la partecita de la realidad que estemos fotografiando. Pero qué características tiene esa captura y cómo podemos optimizarla conforme a las condiciones con las que contamos.
A diferencia de nuestra retina, los sensores digitales responden de manera lineal y acumulativa a los estímulos del espectro visible. Un sensor, básicamente, es un contador, que en función de la cantidad de fotones que cuenta, genera una señal eléctrica de proporcional intensidad, que puede ser interpretada como parte de una imagen. Ni siquiera es capaz de distinguir “colores”, sólo cuenta fotones.
Las cámaras digitales y luego los softwares de edición de imágenes cuando bajamos nuestras fotos a una computadora, nos brindan información sobre esos fotones que fueron capturados, bajo la forma de una gráfica que conocemos como histograma.
En esa gráfica se trazan 256 líneas verticales, cada una representando la proporción de pixeles presentes en la imagen por grado de luminosidad.
Dicho de otro modo, se representa en un total de 8 bits de información, la totalidad de pixeles registrados en la imagen, por su valor de luminosidad, desde el negro ( 0 ), hasta el blanco (255), pasando por 254 incrementos de luminosidad que constituyen la gama de “tonos medios” ¿por qué 256? Pues porque un bit tiene dos valores posibles (y esto ya es informática básica… 0 o 1) y 28=256.
Pero al margen de ello ¿qué nos dice el histograma sobre la calidad de nuestra captura?
Un histograma en el que la mayor parte de la gráfica tiende al extremo izquierdo, o bien corresponde a una toma obscura por su propia naturaleza, o bien hemos subexpuesto (No hemos captado la luz necesaria para exponer correctamente esa escena. Los sombras tenderán a empastarse porque nos falta información)
Un histograma en el que la mayor parte de la gráfica tiende hacia el extremo derecho, corresponde a una imagen con preponderancia clara (una pared blanca o escena compuesta en clave alta) o bien, hemos sobrexpuesto (Hemos captado demasiada luz. La foto se ha quemado)
Un histograma cuya gráfica se concentra en el medio sin llegar a los extremos, se corresponde con una fotografía en la que predominan los tonos medios, pero al no haber ni blanco puro ni negro puro, pues, nos dejará la sensación de foto lavada, falta de contraste.
Finalmente, un histograma cuya gráfica se divide en dos concentraciones, una a la izquierda y la otra a la derecha, cual dos picos con un valle en el medio, se corresponde con una fotografía en la que hay mucha información en altas luces y mucha en las sombras, con escasos tonos medios. Dicho de otro modo, imagen de alto contraste.
Dos aclaraciones debo hacer llegado este punto. Una es que el histograma que muestra nuestra cámara luego de la captura, no necesariamente es el que veremos luego al bajar la imagen a la computadora. Esto ocurre con independencia de si estamos disparando en RAW o en JPG y se debe que no se trata del histograma de la captura en sí sino de lo que la cámara interpreta que será el histograma de esa imagen cuando la pasemos a jpg y ese proceso de conversión, puede presentar algunas desviaciones respecto de esa primera interpretación de la cámara.
La segunda, es que aunque los histogramas de una captura en RAW y de otra en JPG se vean muy similares, en absoluto lo son. Esto se debe, a que una imagen capturada en JPG, contiene 8 bits de información de luminosidad. Es decir, 256 tonos posibles entre el blanco y el negro. Por el contrario, una captura RAW, que normalmente captura en 12 bits y en algunas cámaras en 14 bits, permitirían una distribución de 4096 tonalidades (o 16384 respectivamente), entre blanco y negro. Y la diferencia se amplía si consideramos que esa cantidad de bits se captura por canal, en una imagen color. La diferencia de cantidad de información capturada por la cámara, entre un archivo JPG y un RAW, se vuelve abismal… aunque eso lo dejaremos para otro post.
Recapitulando un poco y a modo de cierre: ¿cómo hago para estar seguro de que la toma que hice está correcta de luz? ¿Alcanza con lograr en la captura un “histograma elegante”, que llega a los dos extremos (tiene blanco puro y negro puro) y conforma una armónica campanita gaussiana (buena distribución de tonos medios con contraste armónico y controlado en toda la escena)?
Pus NO. Algo que dejaremos en claro desde ya y como anticipo del próximo post es que la imagen capturada, no tiene por qué parecerse a la imagen final. Como diría Mellado, el archivo original de captura es a la fotografía, lo que una partitura es a la música. Nuestra captura digital es nuestra partitura… nuestra fotografía, es el modo en que interpretamos esa partitura, otorgándole, nuestra marca personal de expresión y creatividad.
Veremos que el “histograma elegante” deberá ser nuestra meta de llegada, pero no necesariamente nuestro punto de partida y que en general, salvo casos concretos que mencionaremos, un histograma que llega a los dos extremos pero se desplaza predominantemente hacia la derecha, sin final abrupto, con descenso, hacia la derecha, es casi garantía de una fotografía correctamente expuesta y por lo tanto, de calidad en términos de luminosidad, tonos y contraste.
Perdón si ha resultado demasiado largo y si lo desean… continuamos en otro.
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Volviendo al ruedo... |
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