Sentado en una piedra a la sombra de un quebracho blanco, descansando al cabo de un buen rato de caminata, escuche primero el piar de pichones y enseguida, el llamado de alerta de los padres: es que había quedado muy cerca de un nido de curucuchas que, solícitas, iban y venían sin pausa con comida para sus crías.
Con lo movedizas que son y lo enrramado que se presentaban, costo hacerles una buena toma, pero algunas quedaron presentables. Fué un momento breve; elegí seguir mi camino para no alterar más aún su rutina.
Fotografía obtenida en Villa Flor Serrana, paraje próximo a Tanti, en las sierras de Córdoba.
De cacería, con monopié, sin flash.
Recorte para componer, ajustes de color, reducción de ruido y enfoque suavizado.
Buenas noches, saludos para todos!!
|
coincide con esta id:
eliminar
|
|
|
|
coincide con esta id:
eliminar
|
|
|
|