Parece cuento... ¡pero es anécdota!...así se suele decir cuando ocurre algo increíble.
Con este Tororoi de Frente Ocrácea nos pasó algo digno de una comedia; temprano esa mañana, luego de desayunar, habíamos partido por una trocha del Fundo Alto Nieva a buscarlo.
Esta reserva privada protege una zona de bosque nuboso (yunga) en la cuenca alta del río Mayo y el sendero transcurre cuesta arriba por 1,5 km. aproximadamente.
Al llegar al área donde se lo suele ver, los cuatro fotógrafos y los guías nos apostamos a buena distancia de un recodo donde suele mostrarse.
Esperamos pacientemente y en silencio por espacio de tres cuartos de hora y ... nada.
Ya parecía que el ave iba a faltar a la cita, cuando uno de los guías se da cuenta que estaba... ¡paradito atrás nuestro!

Era para filmarlo, nosotros concentrados apuntando las cuatro cámaras hacia un punto del bosque y mozo atrás nuestro intrigado (me imagino) en que cosa era estábamos viendo o haciendo.
Demás está decir que lo acribillamos a fotos, y él, muy tranquilo, posaba en su percha como una estrella.
Anécdotas de viaje, que cuando uno las cuenta parecen inventadas.
Esta especie endémica fue descubierta a mediados de la década de 1970, y habita en la parte baja del bosque nublado lleno de epífitas.
Hasta el momento se conoce su presencia en solo dos lugares de los Andes orientales, en los departamentos de Amazonas y San Martín, ubicados al norte de Perú y al sur del valle del Marañón.
A mano alzada, cuadro completo, revelado en Lr.
Saludos!