Mi viaje al Amazonas brasilero (y su mítica Manaus) fue exclusivamente para fotografiar aves, la fotografía de paisajes no es mi fuerte, debo reconocerlo.
No obstante, también hago de vez en cuando fotos de los lugares que visito, casi siempre con mi celular.
Creo que la mayoría hacemos uso de esa versátil herramienta en nuestros viajes.
Pero esta toma es la excepción, la hice con mi tele, mientras nos dirigíamos hacia el Parque Nacional Anavilhanas, cruzando el río Negro.
Habíamos partido temprano desde Novo Airao, la localidad que se encuentra al frente al parque y durante el tiempo que nos llevó recorrer la distancia hasta la zona de igapó, nos cruzamos con los pobladores locales que utilizan el río para desplazarse.
Nos contaba nuestro guía que hasta no mucho tiempo atrás, las carreteras eran casi inexistente y las pocas que había no estaban asfaltadas.
Por lo que en la estación de lluvias se volvían intransitables, lo que también explicaba de alguna manera que pocos amazónicos tuvieran un auto (aún hoy la mayoría no lo tiene).
¿Para que comprarían uno? ¿para ir a donde? al igual que nuestros isleros del delta del Paraná, su vida transcurre por el río, fuente de vida y comunicación.
Si tienen que ir a otra ciudad cercana, van en barco, si es muy lejana en avión.
Por ejemplo una viaje de Manaus hasta Santarém do Pará, que está a unos 600 km se puede hacer en 36 hs mediante un ferry o en 2 hs en avión; no hay una ruta terrestre directa sino que hay que dar una vuelta de 2.113 km y se demoraría unas 33 hs, según Google Maps que todo lo sabe.
A lo lejos pueden apreciar la selva anegada por "a cheia", la inundación, ciclo natural de este ecosistema repleto de vida.
Hacia esa zona íbamos, a internarnos por la selva amazónica por los senderos, pero no caminando sino en bote.
A mano alzada, recorte para dejar el formato en 16:9, revelado en Lr.
Muchas gracias por visitar mis fotos!