Hola amigos, los infaltables biguás en Palermo. Parece que no le gustaba que se acercara a su posadero y le gritaba con ese ronquido tan desagradable que tiene esta especie. El usurpador no se amilanó y comenzo una riña que casi llega a los picotazos. Tengo registrado todo lo sucedido porque le hice ráfaga. Elegí este momento de la llegada porque me pareció más elegante como fotografía. No tiene casi edición pero el halo que los rodea no se como eliminarlo. Espero les guste. Es fotograma completo.
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