Aquellas situaciones en la que el fotógrafo se prepara previamente; considerando la configuración de la cámara, la dirección y la hora de la luz, la cuidadosa elección del posadero y del fondo, la predicción de los eventos basados en el conocimiento de la especie; resultan, si la paciencia en el asecho es suficiente, en esas tomas dignas de reconocimiento. No obstante, hay que estar dispuesto a aprovechar cada situación que se presente, como fue en este caso donde el gavilán ceniciento se apareció de repente y no dude en disparar mi cámara aunque estaba configurada para un tipo de fotografía muy diferente. El resultado obtenido me gustó y quise compartirlo!