Hace un tiempo hice referencia a los estorninos en relación a las denominadas invasiones biológicas, hoy le toca el turno a la simpática ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus). Simpática para quien no viva en la zona de Luján :)
Había ido a buscarlas pero no aparecieron tan rápido como había supuesto. Una sola apareció al mediodía y se escabulló por un roble dejándome sólo con una foto movida, un registro pobre y una duda existencial sobre los alcances de la palabra "plaga". No tardaría en darme cuenta de que estaba equivocado. Decepcionado y con pocos bichos para macrear, durante un largo rato estuve buscando a unos pájaros esquivos que tenían un canto que nunca había escuchado. Finalmente caí en la cuenta de que no eran pájaros, eran ardillas, y eran muchísimas. Es impresionante la agilidad (y velocidad) con que se mueven por los troncos y ramas y cómo saltan de un árbol a otro. A la vez, son bichos bastante complicados para fotografiar: son pequeños, andan generalmente entre ramas (fanáticos de fotos des-ramadas, abstenerse), obviamente las ramas más altas que pueden encontrar, se mimetizan muy bien con la corteza, se mueven constantemente y muy rápido y no son para nada confiadas. Volví con varias imagenes, esta me gusta particularmente a pesar de sus defectos técnicos, resultado de tener que haber usado un ISO alto y una velocidad más baja que la que tendría que haber usado ya estaba muy alta y con el flash no llegaba. Vale como registro. Pueden ver otras aquí. La verdad es una experiencia interesante verlas en acción, son lindos bichos y es una pena que haya que eliminarlos, sobre todo porque no tienen la culpa.
Y, como siempre, la información:
Esta especie exótica, originaria del sudeste de Asia, fue introducida en la zona en la década del '70 por Ignacio Steverlynck, hijo del fundador de Villa Flandria (para quien no conoce, una pequeña zona industrial a unos 4-5km de Luján, en la localidad de Jaúregui). Originalmente eran diez, algunas escaparon otras fueron puestas en libertad... hoy son consideradas plaga y en la provincia de Buenos Aires su presencia excede Luján, se la encuentra en Rodriguez, Mercedes, Pilar, San Andrés de giles, Escobar y Exaltación de la Cruz. Pero además, nuevamente a causa del hombre, que es su principal via de expansión, existen focos en Cañada de Gómez (Sta. Fe) y La Cumbrecita (Córdoba).
Producen un fuerte daño económico ya que comen frutas cultivadas para consumo humano, roen cables y sistemas de riego. A la vez, alteran el ecosistema ya que roen y descortezan árboles nativos -lo que hace que se sequen y sean infectados por hongos-, son competidores o depredadores de aves y pueden transmitir enfermedades -incluso al hombre- ya que tienen ectoparásitos (ácaros, pulgas, etc).
Vale destacar, ya que de ardillas hablamos, que en el país hay dos especies nativas: la ardilla misionera (Sciurus aestuans) que habita la selva paranaense y la ardilla roja (Sciurus ignitus) que habita en las selvas de Salta y Jujuy.
Por todo lo antes dicho, la ardilla de vientre rojo NO debe ser tenida como mascota lo cual es considerado delito, al igual que su venta y traslado, y está penado por la ley (Ley Nac. 22.421 y 24.375, Decreto 376/97 SAyDS). La Dirección Nacional de Fauna y flora Silvestre recibe denuncias al 011-43488531 o faunadenuncias@ambiente.gov.ar
También se puede contactar al Grupo Ecología de Mamíferos Introducidos de la Universidad Nacional de Lujan (02323-423979 int 225, ardillas@unlu.edu.ar)
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