Estando La Coca en pleno baño, un desubicado fisgón se acercó demasiado con intenciones deshonestas, y recibió su merecido como se ve en la gráfica. Las Antárticas son de mal genio y a menudo defienden vehementemente un espacio a su alrededor, de otras especies o aún de la propia, en ciertos momentos como el baño o la alimentación. En este caso la Capucho Café llevaba gritando un buen rato mientras yo la ignoraba porque estaba haciendo foco en otra dirección. La insistencia de sus desesperados graznidos logró que la retratara un segundo antes de que se liberara con el único costo de una pluma perdida. Está cortada la imagen, pero tal vez vale como documento de la interrelación y los conflictos.
Cordial saludo. el vasco
|
coincide con esta id:
eliminar
|
|
|
|
coincide con esta id:
eliminar
|
|
|
|